A Day of Mourning, Commemoration and Continued Resistance (English and Spanish)

 

IJAN Statement Against Columbus Day

October 10 2016

(en Español abajo)

Today is the day the United States officially commemorates Christopher Columbus, who in 1492 launched Europe’s brutal expansion. As a group committed to the global struggle against racism and colonialism, we join our voices with the long legacy of indigenous struggles against those oppressions. We condemn the Spanish and Portuguese missions, with the goal of amassing resources and power, to what they insisted on calling the “New World.”

The Papal Bull, a mandate issued by the Pope, of 1493 was a crucial document in this effort. The Bull insisted that the “the Catholic faith and the Christian religion be exalted.” Christian supremacy was a fundamental component of the colonial project. It justified land theft, resource extraction, labor exploitation, enslavement, and mass genocide against what that document called the “barbarous nations.”

1492 was also a pivotal year for the European Christian decision about who was and was not human in Europe itself. Christian supremacy justified the expulsion of the Moors and Jews and the Spanish Inquisition. Judeophobic practices against Spain’s Jewish population and notions of “clean blood” helped set the precedent for later eugenics in Europe and the United States. Nazi racial theory was not far from Spanish blood theories, and the Nazis explicitly invoked the settlement of what became the United States as a justification for their own practices in Eastern Europe. The Zionists exalted the colonization of the United States as an example for the criminal settlement of Palestine. They also used German racial theories, as well as their insistence that Jews did not and could not flourish in Europe, to justify that project.

With Christianity as a tool for deciding who was worthy of human status, the ground was laid for European colonial expansion. That eventually involved not just what the European colonizers insisted on calling “America,” but also the Muslim-majority lands on the southern and eastern shores of the Mediterranean. 1492 was, then, not just a year of colonialism but also a year that marks the beginning of European Islamophobia. 1492 set in motion colonial genocides in the lands which the Spanish and Portuguese invaded. Those genocides were precursors to later European crimes – both in Africa and Asia, and eventually Europe itself. There, Germans applied colonial practices to the Roma, Communists, Jews, the disabled, queers, and other groups, continuing a long European legacy of intolerance of difference. Following on Spanish practices of deciding who did have a soul – Christians – and who did not, Nazis decided explicitly who was and who was not worthy of life.

Along with the Indigenous peoples of this continent and most people in the world, we consider what the government marks as “Columbus Day” the marker of an era of genocide and supremacy. We are aware that 1492 was a year when European racist practices began to take harmful form in law and in practice, when the fates of entire peoples – including us – began to be subject to European power and violence. On this sad anniversary, we stand with the peoples of the world and especially the peoples of Turtle Island/Abya Yala not in celebrating, but in mourning, commemoration, and continued resistance. As we denounce the Zionist settler project, we denounce the celebration of this day, which commemorates the ongoing Western legacy of land theft and state racism.

 

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Declaración  de IJAN

International Jewish Antizionist Network

contra la celebración del “descubrimiento”

el 12 de octubre

Una jornada de duelo, conmemoración y resistencia continua

El segundo lunes de octubre se conmemora oficialmente en los Estados Unidos de América el día de Cristóbal Colon, que se celebra el 12 de octubre en los países de habla hispana, y que hace referencia a la expedición que en 1492 inauguró la brutal expansión europea. Como grupo comprometido con la lucha global contra el racismo y el colonialismo, IJAN une sus voces al extenso legado de luchas de los pueblos originarios contra la opresión. Condenamos las misiones de España y Portugal, cuyo objetivo fue amasar recursos y poder en lo que insistieron en llamar el “Nuevo Mundo”.

La bula pontificia promulgada en 1493 fue un documento fundamental en este proyecto: en ella se exhortaba a “que la fe católica y la religión cristiana sean exaltadas”. La supremacía cristiana fue un componente fundamental en el proyecto colonial, pues constituyó la justificación para el robo de tierras, apropiación de recursos, explotación laboral, esclavitud y genocidio contra lo que el susodicho documento dio en llamar “naciones bárbaras”.

1492 fue asimismo un año crucial en lo tocante a la determinación, por parte de la Europa cristiana, de quién era humano y quién no dentro de la propia Europa. La supremacía cristiana justificó la expulsión de moros y judíos y el establecimiento de la Inquisición. Las prácticas judeofóbicas que se lanzaron contra esta población en España, sumadas a las nociones de “limpieza de sangre”, ayudaron a establecer los precedentes de la eugenesia posterior en Europa y en los Estados Unidos. La teoría racial nacionalsocialista no se hallaba lejos de las ideas españolas de limpieza de sangre, y los nazis invocaron de manera explícita la colonización de los posteriormente llamados Estados Unidos para justificar sus propias prácticas en Europa del este. Los sionistas, por su parte, exaltaron la colonización de los Estados Unidos como ejemplo a seguir en su asentamiento criminal en Palestina. También tomaron de Alemania sus teorías raciales y su insistencia en que los judíos no podían ni debían prosperar en Europa, para justificar su proyecto colonizador.

Con el cristianismo como instrumento para determinar quién merecía el reconocimiento de la condición humana, se preparó el terreno para una expansión colonial que no solo afectó a lo que los conquistadores llamaron “América”, sino también a las tierras de mayoría musulmana que se extendían al sur y al este de las costas mediterráneas. 1492 no fue solo un año de colonización, sino que también marcó el inicio de la islamofobia europea. 1492 puso en marcha, en las tierras invadidas por españoles y portugueses, genocidios coloniales precursores de los posteriores crímenes perpetrados por los europeos tanto en África como en Asia y, finalmente, en la propia Europa. En ese continente, los alemanes aplicaron prácticas coloniales a romaníes, comunistas, judíos, discapacitados, queers y otros grupos, en la estela de la larga herencia europea de intolerancia a la diferencia. Siguiendo aquellas prácticas españolas que determinaban quién tenía alma —los cristianos— y quién no, los alemanes determinaron explícitamente quién merecía vivir y quién no.

Junto a los pueblos originarios del continente americano y la inmensa mayoría de la población mundial, consideramos que los que gobiernos conmemoran como Día de Colón o del Descubrimiento es expresión de una era de genocidio y supremacía. Somos conscientes de que 1492 fue el año en que las prácticas racistas europeas empezaron a adquirir formas peligrosas tanto en sus aspectos legales como en su aplicación, el inicio de un tiempo en que el destino de pueblos enteros —nosotros incluidos— comenzaron a padecer del poder europeo y su violencia. En este triste aniversario, estamos con los pueblos del mundo y especialmente con aquellos de Abya Yala, no en la celebración sino en el luto, la conmemoración y la resistencia continua. Igual que denunciamos el proyecto de colonización sionista, denunciamos la celebración de este día, que conmemora el legado occidental sostenido de robo de tierras y racismo de Estado.

Berkeley, 12 de octubre de 2016.